1. No sabemos cómo funciona nuestro cuerpo ni por qué enfermamos.
2. Nos enredamos en múltiples tratamientos pero no sabemos cómo implicarnos en el acto curativo.
3. Desconocemos todo lo que podemos hacer por nosotros mismos con nuestros modelos de vida y alimentación.
4. Carecemos de un sistema que nos permita aplicar en nuestro cuerpo las leyes de la naturaleza.